En sintonía con esta línea de pensamiento, la filosofía tántrica se caracteriza por utilizar una simbología sexual para representar el universo. Esta representación del universo se plasma como la unión entre lo masculino y lo femenino.
Así, para el tantra, como para la
religión hinduísta, el lingam se representa con el símbolo del falo, y constituye una representación simbólica del dios Shiva en los santuarios. Shiva a su vez representa la fecundación en la naturaleza, el principio masculino o consciencia. En frente se encuentra Shakti, la representación de lo femenino, la energía y el movimiento. Shakti es representada mediante el Yoni, un símbolo de la vulva, del que hablaremos en futuras publicaciones.
Desde la perspectiva de la filosofía tántrica, el lingam debe encontrarse introducido en el yoni, representando la unión que sostiene y da vida al universo.
Por consiguiente, el lingam (también llamado linga o sivalinga) representa más la energía masculina que meramente el falo u órgano sexual masculino. El pene es una “vara de luz” canalizadora del placer sexual y la energía masculina. Se trata de un término milenario que tiene su origen en el sánscrito y que cuenta, además del mencionado anteriormente, con muchos y variados significados.
Venaración del lingam en templo.
El objetivo que persigue el masaje lingam no se centra meramente en el cuerpo físico que lo recibe, sino en los diversos campos energéticos que forman parte de él. Se busca la relajación completa del hombre, y que éste alcance la conexión con su parte más sensible, profundizando en la capacidad perceptiva de su cuerpo.
El masaje lingam está enfocado a estimular y activar el chakra sexual masculino, despertando así todo el caudal de energía sexual. Durante el masaje, esta energía fluye a través de todo el cuerpo y derriba barreras, miedos e inseguridades. El chakra sexual para el tantrismo representa la unión entre cuerpo, mente y espíritu, y en el hombre se encuentra en el lingam.
Esta práctica tiene, por tanto, mucho de terapia y permite, a través del éxtasis, que el hombre alcance la conexión con su parte más sensitiva y amplíe su consciencia mediante una nueva forma de placer absoluto, místico y puro, dejando atrás tensiones, traumas y cualquier sensación dolorosa.
En resumen, el lingam es un masaje de la zona genital masculina, sanador y vigorizante, que forma parte del tantra, y que se sirve de las más altas cotas de placer para alcanzar la consciencia divina.
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